Kaixo, desde Kabi Etxeak iniciamos una serie de artículos con diferentes temas relacionados con la crianza consciente y respetuosa y los cuidados de calidad en la primera infancia. Así conoceréis cómo es el trabajo que hacemos en una casa nido.
En este primer artículo, y ya que estamos al comienzo del curso escolar, queremos contaros cómo acompañamos este periodo llamado de adaptación. Y sí, es un tema recurrente pero es que creemos que es muy importante.
Y ¿Por qué es tan importante? Pues por que va a ser la primera separación física y emocional significativa para el niño/niña. Pasará de un entorno de seguridad y confianza afectiva, en el que siempre ha vivido, que es la familia, a ir a un lugar nuevo para quedarse con un adulto y otros niños que no conoce. El objetivo de este tiempo es que pueda establecerse con la educadora y los demás peques esa nueva relación.
Como en cada nueva experiencia que ha vivido el peque, la familia le ha estado acompañando, dando ese marco de seguridad que necesita para poder vivirlas desde el placer. Es por eso que ese acompañamiento es crucial.
En las casas nido se establece un tiempo acordado con la disponibilidad del familiar que va ha acompañar al peque. Se hace de manera paulatina y será el niño/niña quien nos vaya marcando el ritmo a seguir. Así en estos primeros días, en los que estarán pocas horas se establece una comunicación entre la educadora y el familiar dando ese espacio para que se cree una relación de confianza y afecto entre familiares-educadora y el niño/niña-educadora.
Una de las ventajas que tiene la casa nido es la ratio tan reducida (4 niños/niñas por educadora) que posibilita una dedicación individualizada más auténtica. Por lo que las adaptaciones se pueden realizar sin que coincidan las familias o que coincidan pocas. Esto propicia que el ambiente sea más calmado.
En este momento todas las partes (niño/niña-familia-educadora) están adaptándose unas a otras. La reacción de la niña-niño (llanto, pataletas, tristeza, no querer comer…) no nos debe inquietar, ellos lo hacen lo mejor posible y es su forma de afrontar este momento, que recordemos es transitorio. Pensemos que es una decisión que toman los adultos en base a sus necesidades, por lo que tendremos que ponernos en el lugar del pequeño para comprender su situación, poner confianza en sus capacidades. Más que adaptarse, se debe afrontar como una conquista que tiene que hacer el niño-niña.
La actitud de los familiares es de vital importancia, una actitud segura y positiva hace que el peque también pueda vivir la experiencia con calma. El anticiparle lo que va a pasar, conversando con él/ella y una vez terminada la jornada hablar de lo que ha pasado con la información que nos ha dado la educadora, siempre adaptado a la edad del peque. Que la adaptación sea el único cambio en este momento la estabilidad en casa da seguridad. Son algunas delas pautas que aconsejamos.
La educadora, se encargará de preparar un ambiente seguro, materiales y juegos. Mantendrá una actitud de observación, escucha y disponibilidad hacia el peque y la familia. He irá acordando con la familia las pautas a seguir.
¡¡Buen comienzo de curso para grandes y pequeños!!